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El retorno de Saturno

Lu Gaitán

Hola, beibis, ¿cómo les va? Hoy les quiero contar sobre el famoso retorno de Saturno. Algo que están experimentando quienes nacieron entre 1991 y 1993 y tienen a Saturno en Acuario en su carta natal, pero que todes atravesamos cuando teníamos entre 28 y 30 años. 

¿Qué significa que un planeta retorne? Significa que vuelve al mismo grado, minuto y segundo en que estaba cuando vos naciste. Esto es lo mismo que sucede cuando cumplimos años. El sol da una vuelta. Es el retorno del sol. Volvemos a nacer. Bueno, esto mismo sucede con el retorno de Saturno. En la mitología, Saturno es Chronos, el dios del tiempo. El que le cortó los huevos a su padre, Urano, y el que se enfrentó con sus hijes porque lo querían derrocar. O sea que ya te podrás ir imaginando que una de las grandes temáticas del retorno de Saturno es el vínculo con nuestro padre. Si estuvo o si no estuvo. Si fue un padre rígido o tal vez fue muy veleta. Si era muy exigente o ni pintaba. Es probable que me digas que ya trabajaste mil veces en terapia con su figura. Bueno, con el retorno de Saturno te toca trabajarlo de vuelta, amiga, amigo, amigue. 

Hay una particularidad en relación al retorno de Saturno y es que coincide con otros tránsitos. De ahí que hablemos de que un periodo de vida que va entre los 28 y los 30 años sea tan significativo. Júpiter hace oposición a Júpiter, Urano trígono a Urano y los nodos están opuestos. Los tránsitos de Júpiter vienen con la pregunta de la vocación. Si lo que estamos haciendo profesionalmente o lo que estamos estudiando realmente nos apasiona y nos queremos dedicar a eso. Muchas personas hacen giros vocacionales por estos años. Puede ser que coincida con el final de una carrera universitaria y la pregunta de ¿qué hago ahora con este título? Porque no es lo que yo me imaginaba cuando empecé a estudiar. También puede pasar que decidamos empezar a estudiar algo nuevo. Otra posibilidad es que en este momento decidamos que es tiempo de ir más a fondo en lo que hacemos. O ganamos mayor responsabilidad en nuestro trabajo o nos decidimos a ir a fondo en lo que nos gusta. Recuerdo que para la época de mi retorno de Saturno dejé de dar clases de yoga y empecé a trabajar como astróloga. 

El trígono de Urano con Urano sumado al retorno de Saturno abre la pregunta sobre el crecimiento y la libertad. Para la astrología, recién ahora dejamos de ser niñes y empezamos a ser adultxs. Cuando pienso en el retorno de Saturno, siempre recuerdo a todos los jóvenes que la industria del entretenimiento devoró. Estoy hablando de Britney, de Justin, Drew Barrymore, Macaulay Culkin, Amy Winehouse, Jim Morrison, Janis Joplin y Luis Miguel. Tuvieron una gran exposición mucho antes de su retorno de Saturno, o sea que, desde el nivel simbólico y energético, no tenían la suficiente estructura para afrontar ese nivel de exposición en este mundo capitalista y fagocitante. No sé quién puede soportarlo, pero definitivamente no lo recomiendo antes del retorno de Saturno. Por si a alguien le interesa mi opinión. Recién en el retorno de Saturno cortamos el cordón umbilical con nuestra familia de origen, dejamos de ser niñes y pasamos a ser adultos. De ahí que tengamos que revisar los mandatos familiares y hacer un trabajo fino de qué es lo que queremos que permanezca en nuestras vidas y qué es lo que no. Digo, de repente, tal vez en mi familia fueron muy exigentes y por momentos me coartaron, no me dejaron jugar y ser libre. Pero también me inculcaron la importancia del respeto, de trabajar por lo que quiero y ser determinada. Entonces, ahora que ya soy grande –ah re–, puedo tomar de mi familia esos valores que me interesa conservar, aceptando lo que ellxs son y escribir un nuevo capítulo de mi historia. El retorno de Saturno es un momento ideal para hacer constelaciones familiares y aceptar la familia que nos tocó. Aunque para algunas personas eso signifique cortar lazos, pero bueno, es esta familia y no la puedo cambiar, solo me queda aceptarla.

Que los nodos en tránsito estén opuestos significa que los eclipses van a tener un mayor impacto en nuestras vidas que para el resto del mundo. Los eclipses son aceleradores kármicos, o sea que, si queríamos renunciar a un trabajo, probablemente suceda en la época del eclipse. Si queríamos terminar una relación, probablemente lo hagamos en esta época. Si queríamos empezar una carrera nueva, hay infinitas chances de que lo hagamos durante los eclipses. Si queríamos irnos de viaje, seguramente tomemos la decisión ahora. Atención porque los próximos eclipses son a fines de mayo y principios de junio del 2021. 

El desafío para quienes están con el retorno de Saturno en este momento, además de todo lo que ya les conté, está especialmente vinculado a la necesidad de plasmar los grandes ideales, propios de Saturno en Acuario. Las ideas están buenísimas, siempre que podamos hacer algo en concreto con esas ideas. Tal vez no sea ya, tal vez lleve tiempo, pero es muy importante dejar la masturbación intelectual y pasar a la praxis. También tienen el gran desafío de construir con otres. No en soledad, sino como parte de un colectivo. Aislarse ya fue, la posta es hacer con otres. Para quienes vengan laburando en organizaciones, el tiempo del retorno de Saturno en Acuario les va a traer planteos interesantes. Puede ser que necesiten poner límites a las demandas de lxs demás y también puede ser que esos vínculos crezcan. 

Como ya ves, durante el retorno de Saturno hay mucho sucediendo y sentimos que todo se pone más serio, pero a la vez más simple. Por momentos vamos a estar en crisis con el trabajo, la profesión, la vocación, la pareja, el lugar donde vivimos, la relación con nuestros padres, lxs amigxs y prácticamente todo lo que hacemos. Creo que la mejor imagen es la de una poda. Tal vez tengamos la sensación de que nada funciona, que todo lo que construimos hasta el momento tiene que ser revisado y lo que no camina necesitará ser eliminado, como quien saca las malezas. Pero una vez que pase esa instancia, tenemos la oportunidad de quedarnos con lo que puede dar frutos. Si hay potencial, entonces solo queda apostar y buscar la manera de que siga creciendo. A veces nosotrxs tomaremos la decisión de terminar con algo y otras veces será la vida quien defina por nosotrxs. En todos los casos, es una poda que traerá crecimiento, aunque en el momento sea incómodo. Este período que va entre los 28 y los 30 años nos va a dejar con la sensación de que estamos más grandes y que ya no podemos perder el tiempo, pero también estamos muy frescos para recibir lo nuevo. 

El retorno de Saturno es un período de tiempo que nos trae contacto con la verdad, no solo con nuestra verdad interna, sino también con la lógica de “las cosas como son” y no como nos gustarían que fueran. Si podemos asumir el estado de cosas actual, vamos a poder construir la nueva vida. Porque si tenemos la valentía de dejar todo eso que hacemos por cumplir, por quedar bien, para que nos quieran y mantener el statu quo, también tenemos la fortaleza para ser lo que queramos ser. Bueno, tampoco es que vamos a hacer todo lo que queremos, porque vivimos en una sociedad y coso. A lo que me refiero es que el retorno de Saturno trae una versión más sincera y menos preocupada por lxs demás, mucho más enfocada y con raíces a la tierra más potentes. 

Por último, el retorno de Saturno marca el final de un ciclo de 28/30 años. Recién vamos a volver a estar en una situación parecida entre los 56 y los 60 años. Esto es interesante, porque cerca de los 60 años tenemos la edad jubilatoria en muchos países. Así que ya ves que hay un vínculo muy estrecho entre el retorno de Saturno, la profesión y el tiempo. Cuando estamos con tránsitos de Saturno, no podemos boludear, tenemos que estar enfocadxs y trabajar por lo que queremos construir y no darle pelota a lo que ya fue. Pese a lo que creemos habitualmente, es un momentazo para revisar los mandatos que están dentro nuestro y dejar de cumplir con expectativas externas, para prestarle atención a lo que es importante para cada une. Al modo saturnino: yo soy mi propia ley y esa es la normativa que sigo.

Bueno, mis amores, hasta acá llegamos por hoy. Gracias por estar ahí y por compartir este pódcast en tus redes sociales y con tu gente querida.

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Esa estática

Por Nano Barbieri

Llega mi cumpleaños y J. me regala una biografía de quinientas páginas. Soy incapaz de enfrentarme a un libro de ese tamaño, no puedo entender que alguien necesite tantas palabras para contar algo, cualquier cosa: una vida, la historia de la humanidad, lo que sea. Normalmente los descarto de plano. Pero J. me insiste en leerlo. Somos amigos hace casi treinta años. Le hago caso, lo leo. Y no puedo dejarlo. 

Es la historia del extenista Andre Agassi. Como toda biografía, intercala historias de infancia, amistades, familia, grandes batallas, ilusiones y decepciones. Incluye, por supuesto, relatos de partidos épicos, casi punto por punto, game a game. Me encanta porque las competencias son como vidas en miniatura. Hay momentos de reconocimiento, de impulso, ratos de madurez, caídas, recuperaciones. Es como una mamushka de vidas. Pero, sobre todas las cosas, la biografía encuentra su eje en la historia de una gran contradicción, la madre tal vez de todas las contradicciones: lo que hacemos con nuestras vidas versus lo que queremos hacer. 

Agassi odia al tenis. Siempre lo odió. Desde sus días sin lenguaje, se dormía mirando un móvil hecho con pelotas de tenis que colgaban sobre él. Sus zapatillas rotas se reforzaban con el reverso de pelotas gastadas. Su padre lo entrenaba en el fondo de su casa con una máquina que él mismo había construido para que su hijo golpeara millones de pelotas al año. Primero el mandato, luego el talento y, por último, la inercia: tal vez una de las personas más exitosas del mundo en términos de reconocimiento, no pudo nunca tener el control sobre su propia vida. Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él, es imposible no recordar esa cita, tan vapuleada que ya no tiene autor. Quien sea que la haya escrito, bueno, gracias. ¿Sartre? Gracias.

Open, la biografía que es la excusa de este texto, no es un libro con grandes frases y eso vuelve al relato en primera persona casi como una especie de confesión y eso es algo hermoso también: la liberación que parece sentir desmontar un mito, su propio mito. (Pregunta para los escritores: ¿es necesario mostrarse inteligente para escribir un gran libro?). Todo transcurre en la estática que separa al deseo de estar al mando de su vida y la sucesión de acontecimientos que van marcando su destino. Puede verse esa electricidad, es ahí donde habita todo lo que acontece. ¿Es acaso posible no sentirse representado por esta tensión? 

Es ese planeta, tan híper poblado, el que más me interesa, o el que el libro nos dispara. ¿Por qué nunca nadie nos habló de este lugar? ¿Qué cosas son la vocación y todas esas chorradas? (la biografía está tristemente traducida al español de España). ¿Por qué no hablamos de las cosas que nos pasan a todos, o a casi todos? Vivimos bajo una regla que la marca la excepción. 

Hay un cuento de príncipes y princesas de la edad madura que tiene dos protagonistas: la vocación y la independencia. El filósofo coreano Byung-Chul Han define a nuestra cultura occidental como a “la sociedad del rendimiento”. Y es interesante porque une estas dos deidades que mencionábamos recién. Suprime la violencia frontal de la coacción por una invisible, acaso ligada a la vocación y a la libertad: cada uno debe ser el señor de sí mismo. La historia de la violencia, dice el filósofo, culmina en esta unidad entre víctima y verdugo, amo y esclavo, libertad y violencia. La violencia se traslada hacia adentro. 

Agassi lleva más de veinte años de carrera y no suprime la pregunta: ¿qué hago acá? ¿Por qué no lo abandono? Rompe trofeos, consume drogas, pierde intencionalmente partidos importantes, se emborracha o pasa días durmiendo. Y en un momento frena todo y cree comprenderlo de una vez. Dice: ¿cuántas veces más tendrán que mostrármelo? Es por eso por lo que estamos aquí. Para luchar entre el dolor y, siempre que sea posible, para aliviar el dolor de los demás. Así de simple. Y tan difícil de ver. 

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Luna Llena en Libra

Por Lu Gaitán

Hola, beibis, ¿cómo les va? Hoy les quiero contar sobre la Luna Llena en Libra del 28 de marzo. Como ya les conté otras veces, con la Luna Llena llegamos al final de un proceso que comenzó hace seis meses con la Luna Nueva en Libra. Entonces, hacé memoria y fIjate qué era de tu vida por entonces y qué está pasando ahora. Te hago esta pregunta para que nos corramos un poco de la idea de que yo te voy a decir lo que te va a pasar o cómo te tenés que sentir. Me parece que una de las cosas más interesantes de la astrología aparece cuando podemos observar el desarrollo de los ciclos en nuestras propias vidas. Por otro lado, esta Luna Llena cae en el grado 8 de Libra, así que chequeá en tu carta en qué casa te cae. Las amigas de aprendeastrologia hicieron una guía para que lo busques. Por otro lado, esta Luna Llena está sucediendo para todes, pero para las personas que tienen energía de Aries, Cáncer, Libra y Capricornio entre el grado 0 y el 15 de estos signos, va a tener más fuerza. ¿En qué?, ¿cómo?, ¿qué onda?, ¿de qué trata? De todo eso te cuento en este capítulo.

Estoy copada con los mitos desde hace un tiempo, así que hoy te voy a contar sobre Selene, una de las diosas de la Luna. Ella era representada como una mujer muy hermosa. No sé qué significa hermosa, calculo que hermosa para los parámetros de la cultura de la época. Porque, spoiler alert, cada cultura tiene sus cánones de belleza hegemónica: algunas le dan lugar a la diversidad y otras no tanto. Para los griegos, Selene era una diosa muy muy hermosa. La cuestión es que Endimión, un pastor, se enamoró de ella y, larga historia hecha corta, se casaron y tuvieron hijites. Uno de sus hijos fue Narciso, el personaje conocido por haberse caído al agua por haber quedado fascinado con su propia imagen. Como quien se queda mirando sus propias fotos o stories de Instagram viendo lo hermose que es. Al día de hoy usamos el término “narcisista” para referirnos a esas personas que son excesivamente autocentradas y no registran más allá de su propio ombligo. De hecho, podríamos decir que las personas que tienen un costado narciso muy desarrollado no están realmente interesadas en los vínculos, sino en la atención de los demás. Las personas son accesorias, pero no hay un intercambio genuino, un ida y vuelta. Adiviná: esta es la temática de la próxima Luna Llena en Libra que hace oposición al Sol (obvio), Venus y Quirón en Aries. Entonces, otras preguntas disparadoras para que pienses en esta Luna Llena es: ¿cuál es el espacio que les damos a los vínculos? ¿Hay un ida y vuelta entre las partes o hay una persona que dirige el vínculo y el otre simplemente se adapta y oficia como satélite? 

Por otro lado, la Luna en Libra en oposición a Venus y a Quirón también trae la temática de los problemas de autoestima. Creo que a esta altura ya sabemos que no son problemas personales, sino que son problemáticas colectivas que, en todo caso, podemos indagar en nuestras profundidades para empezar a desarmarlas. Y acá, nos topamos con esto del huevo o la gallina. Son cuestiones que claramente exceden a los individuos pero que, a su vez, están metidas muy adentro nuestro, porque, si no, el sistema no tendría como reproducirse. Entonces, no creo que el trabajo sea puramente individual. Una parte sí, pero no totalmente y ahí radica la complejidad de esta temática. Por supuesto que esta es una cuestión que excede a la Luna Llena del 28 de marzo. En todo caso, esta configuración astrológica de Sol, Venus, Quirón en Aries en oposición a la Luna en Libra pone la atención sobre esta temática. Es cierto que mis problemas de autoestima quedan en evidencia en vinculo, pero algunos vínculos tienen la capacidad para profundizar esa herida previa, porque tocan esos lugares que están dolidos de antes. Entonces, supongamos que no confiío en mis capacidades como astróloga porque síndrome del impostor. Para quienes no saben, es una sensación que tenemos sobre todo las mujeres en relación con nuestro trabajo y formación. Dudamos y nos cuestionamos si estamos lo suficientemente preparadas para ganar un buen sueldo, ocupar un lugar de visibilidad y ser reconocidas por lo que hacemos. ¿Por qué nos pasa eso? Bueno, porque, en este sistema patriarcal, los mejores sueldos, los puestos de poder y las personas que son consideradas eminencias son varones. Como no tenemos referencias femeninas, un surco hecho por mujeres que sean líderes, protagonistas o personas visibles, dudamos de nosotras mismas. Entonces, leo un comentario en redes sociales que me dice que soy una chanta o que la astrología es un curro y me siento mal. Esas palabras tocan un lugar que está herido de antes. El famoso dedo en la llaga. Y también todo lo opuesto, la mirada amorosa del otre puede hacernos ver la belleza donde antes había sufrimiento. Siguiendo con este ejemplo de la impostora. Veo en redes sociales una astróloga reconocida por lo que hace, donde su trabajo es tenido en cuenta y que recibe muchos comentarios amorosos. Sabemos que le costó llegar hasta ahí, sí, claro. Esa mujer hace que cambie mi perspectiva, no es instantáneo, pero algo se mueve adentro mío. La veo a ella como una persona que estudió mucho y que se formó durante muchos años, que no llegó ahí como parte de la generación espontánea. Y ahí digo, “okey, yo también vengo estudiando e investigando astrología hace muchos años, esto no es un curro, es algo serio”. Entonces, el síndrome del impostor, que está ahí, acechando para atacar cuando tenga las defensas bajas, empieza a ubicarse en otro lugar. 

A diferencia de lo que se dice habitualmente de “amate y valorate a vos mismx”, no creo que la temática de la autoestima dependa pura y exclusivamente del individuo, porque los seres humanos somos sociales. Por supuesto, podemos hacer cosas para sentirnos mejor. Por ejemplo, tener referentes en redes sociales con las que nos sintamos identificadas porque tenemos miradas sobre la vida afines. O podemos tomar clases de baile, de yoga, o de filosofía o de tarot, de alimentación ayurveda o medicina de plantas porque siempre quisimos hacerlo y nunca nos atrevimos. O milito una causa que me atraviesa por completo porque creo que es hora de pasar a la acción y eso me hace sentir bien conmigo misma pero también con mi posición en el mundo. Entonces, es algo que yo hago por mí misma, porque es mi deseo, me ubica en un lugar diferente en mis vínculos. Porque todo es vínculo, aunque no todos los vínculos tengan la misma jerarquía, por supuesto. Hacer cosas por mí misma, porque mi deseo, cambia el modo de relacionarme. Entonces, volviendo a la mitología de Selene y Narciso, ¿qué espacio le damos a la mirada de los otros? ¿Sus opiniones y sus juicios nos desestabilizan totalmente y quedamos tambaleando? ¿O nos cerramos por completo? Por otro lado, la Luna Llena en Libra en oposición a Venus y a Quirón, nos habla del encuentro con la otredad, con ese que por definición es distinto a mí. Entonces, ¿cómo me llevo con el disenso? ¿Puedo convivir con eso o enseguida aparece el rechazo? Lo más fácil es vincularnos con personas que son exactamente iguales, pero ¿qué pasa con la diferencia? Estoy hablando de la cultura de la cancelación, que es muy de esta época. Ante la más mínima diferencia, adiós para siempre. ¿Cómo podemos hacer para encontrar un punto de encuentro? No creo que siempre sea posible el diálogo, pero sí muy necesario. Y, por supuesto, no siempre vamos a tener chances de encuentro. ¿Qué le puedo explicar a alguien que dice que la astrología es un curro? No hay mucho espacio para dialogar. Solamente puedo hacer que su opinión me resbale porque yo ya sé que hay gente que piensa así y, además, yo ya sé que hay formas de hacer astrología que son muy superficiales. Esto también forma parte del eje Aries-Libra. Yo y el otre. 

Y como toda Luna Llena, puede ser que estés con insomnio, con las emociones ATR, con ganas de mandar a todes a la mierda, que te tomes todo muy a mal. Y bueno, también puede ser que queden en evidencia dinámicas vinculares que ya no van más. Por supuesto, también puede ser que mires tu vida y te des cuenta que has hecho un lindo trabajito por vincularte de un modo saludable con tu entorno y que no estés echándoles la culpa a los demás. Tipo “yo estoy bien y la culpa es de los otros”. Como suele pasar en las publicaciones de redes sociales, donde el tóxico o la tóxica es otra persona pero nunca soy yo. Fijate eso. También puede ser interesante observar cómo procesás que alguien cuelga con responderte un mensaje o no tiene ganas de hacer un plan con vos. O si te dejan de seguir en redes. No sé si eso significa que hay algo que está mal en vos, puede ser que esa persona no tiene disponibilidad y está muy en la suya. O que simplemente no le vas a gustar a todo el mundo. Entonces, bien al modo ariano, es importante que seamos sinceras con lo que tenemos ganas de hacer y con lo que somos. Sobre todo, para las mujeres que fuimos criadas, bien al modo libriano, para satisfacer los deseos y expectativas de los demás. Simplificando bastante el asunto, creo que las mujeres, en estos años de feminismos, fuimos desarrollando un lado ariano, yang, deseante, cabrón y aguerrido y a los varones cis les toca desarrollar el lado libriano, receptivo, que se deja atravesar por lo que sucede a su alrededor y que no quiere imponer su tiempo y su forma, sino que está disponible para el encuentro. Las famosas nuevas masculinidades. Y, bueno, en algún momento, calculo, integraremos estas polaridades dentro nuestro. Yo creo que los años de Quirón en Aries (2019 hasta el 2026) traen este aprendizaje: que los varones cis asuman su lado sensible y que nosotras tengamos espacio para activar sin ser señaladas como machonas. Digo, de pronto, me parece.

Y hasta acá llegamos por hoy. Gracias por estar ahí y por compartir este pódcast con tu gente y en tus redes sociales. Un abrazo grande. 

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The World to Come: matrimonios y algo más

Por Juli Fantini

La película The World to Come (El mundo por venir) tuvo su estreno internacional durante la 77.a edición del Festival de Venecia, el 6 de septiembre de 2020. Aún no llega a las salas de cine ni al streaming, pero puede encontrarse en plataformas alternativas. Y vale la pena buscarla. 

Un primer acercamiento podría asociarla a las celebradas Secreto en la Montaña

y Retrato de una mujer en llamas, pero este es un film menos ambicioso, aunque su simpleza no le resta belleza, sino que suma en sutileza y poesía.

La historia de un amor lésbico en clave de novela epistolar toma la forma del monólogo interno contado a través de una voz en off: el diario de una mujer enamorada que padece la vida rural a mediados del siglo XIX en EE. UU.

The World to Come es un western sin ninguno de los elementos clásicos del western de acción.

A través de las escenas excesivamente puntuadas por las fechas sobreimpresas en la pantalla del diario de Abigail (Katherine Waterson, con algo de Jo March en Mujercitas), las estaciones del año pasan mientras también se suceden los climas emocionales. 

Arranca, como corresponde, el 1 de enero con un invierno brutal. La pareja que interpretan Waterson y Casey Affleck (Dyer) experimenta el duelo de la pérdida de su hija, mientras cumplen rigurosamente los roles de género correspondientes al período histórico que viven, también como una estrategia para sobrevivir al dolor de la muerte de la niña.

Esa constricción al trabajo y los roles asignados no son releídos a la luz de lo contemporáneo. En este primer acto, hay una detallada exposición del cómo vivían en ese tiempo y espacio.

“Con poco orgullo y menos esperanza y solo intervalos ocasionales e inciertos de felicidad comenzamos un nuevo año”, escribe y dice Abigail y plantea el inicio del fin de su melancolía, un velo que todo lo cubre, así como el frío que los azota. 

Hasta que llegan Tallie (Vanesa Kirby) y Finney (Christopher Abbott) y todo cambia. 

La amistad entre Abigail y Tallie comienza a crecer con ambigüedades. Unos primeros acercamientos naives, mientras las miradas y los roces en los encuentros entre las dos mujeres dan cuenta de una evidente atracción difícil de traducir en términos amorosos, hasta que llegan los besos que se dan en la intimidad de la soledad. Lo ambiguo se desanda hacia el final, porque el erotismo de lo físico se oculta durante prácticamente toda la película. Aparece, justamente, hacia el final, en forma de ráfagas editadas con la intensidad de la intimidad que vivimos y que Abigail no nos contó durante la película.

Las dos parejas viven una vida de deberes de maneras muy distintas. Tallie y Finney no son el modelo ejemplar que sí encarna Abigail y Dyer. Incluso la maternidad negada de las dos es motivada en un caso por la falta de voluntad y deseo de ser madre y, en el otro, por la reciente pérdida.

Mientras la relación entre las dos mujeres crece, es evidente que se revela ante sus maridos, que no la explicitan en modo telenovelesco. Las tensiones crecen a través de detalles, hasta que Finney decide abandonar la zona, sin aviso, dejando a Abigail devastada.

El desenlace trágico y la concreta imposibilidad de la huida de las amantes restablece un orden que la directora noruega Mona Fastvold propone no reescribir, con la mirada actual de las dinámicas sexoafectivas lésbicas como un punto tapado de la liberación gay. Por el contrario, The World to Come es un cuento en el que la afinidad y búsqueda intelectual y la atracción física entre las dos se construyen a través de los clásicos arquetipos de las amantes que viven una historia contada desde el comienzo de los tiempos: de amores imposibles.

Y, más allá del evidente magnetismo de una de las actrices del momento —Vanesa Kirby—, es Waterson y su Abigail tímida, introvertida, frustrada, en duelo, quien nos cuenta esa historia desde una, por algunos resistida, voz en off, que funciona porque Fastvold se mete con la interioridad femenina. No es un recurso explicativo del guion, sino la forma que encuentra para contar el cambio de suerte del personaje al encontrarse con la belleza, la libertad, la ternura y las consecuencias de la opresión del matrimonio de Tallie. 

“Ya no me consuela la idea de un mundo mejor por venir”, escribe Abigail en su diario al comienzo de la película, dándole título y marcando el fin del sueño de los pioneros y la transformación de Tallie en un recuerdo, para, tal vez, regresar a lo mismo de siempre. Con la historia de amor inmortalizada en su cuaderno, hacia el final, remata: “Mantengo nuestra amistad y la estudio, como si fuera el mapa incompleto de nuestro escape”.

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Aries: la fuerza motora

Por Lu Gaitán

Hola, beibis, ¿cómo les va? Hoy les quiero contar sobre la energía de Aries, ya que estamos a punto de empezar la temporada ariana. Y, para eso, te voy a contar un mito. 

Eris es la hermana de Ares. Ares es el nombre griego de Marte y Marte rige a Aries y a Escorpio según la astrología tradicional, así que Eris podría ser algo así como la hermana mujer del dios de los guerrerxs. De hecho, dicen que Eris empezó la famosa Guerra de Troya. En Grecia y Roma, todo era drama y telenovela, así que voy a resumirte la historia un poco. Resulta que había una fiesta de casamiento y la única diosa a la que no invitaron fue Eris, porque tenía fama de ser problemática. Eris se enteró de la fiesta y se enojó porque no la habían invitado, obvio. Apareció en la fiesta con la manzana de la discordia, una manzana dorada que tenía escrita la palabra kallisti, que significapara la más hermosa” o “para la más bella” y la tiró entre Afrodita, Hera y Atenea. Estas tres diosas se pelearon por la manzana y las tres, que tenían personalidades fuertes, quisieron quedarse con la manzana. Alto bardo se armó entre las tres diosas. Afrodita gana porque le ofrece a Paris, el juez de la competencia, quedarse con Helena de Troya y así es como empieza la famosa Guerra de Troya.

Ahora que ya te conté un cuento donde interviene Eris, dejame que te diga, por vez número mil, que las mitologías de Grecia y Roma son patriarcales, así que acá aparece representada la competencia entre mujeres, con la rivalidad entre Afrodita, Hera y Atenea por ver quién se queda con la manzana de oro de la más hermosa, porque el capital principal de las mujeres en el patriarcado es la belleza, que nos vuelve atractivas a los ojos de los varones, que son los únicos que pueden darnos un lugar, un estatus o una identidad en este sistema. Además, es interesante que Eris fuera considerada problemática pero no su hermano Ares; si bien él era considerado bruto para los parámetros de la cultura griega, no estaba excluido de la jerarquía olímpica, mientras que Eris sí. O sea, la bestialidad de un dios varón está habilitada pero la de una diosa mujer, no. En este mito también aparece la fuerza del enojo que en una diosa mujer era considerado problemático, pero en un dios varón, no tanto. Esta historia comienza con el enojo de Eris y creo que los enojos nos sirven para salirnos de situaciones que nos oprimen, por eso reivindico la potencia de los enojos. Es cierto que si nos instalamos en el enojo, pero no hacemos algo diferente tampoco tiene mucho sentido; pero bueno, con el enojo hacemos un corte y después vendrá lo nuevo. Por otro lado, no todos los enojos tienen que implicar una ruptura o un corte. El famoso ni nos vimos o la cultura de la cancelación de la que tanto estamos hablando por estos días. Las peleas, los desacuerdos y el conflicto forman parte de los vínculos, siempre que no haya violencia o crueldad. Tendríamos que ponernos a discutir qué es o no violento y de eso podríamos escribir unos cuantos libros. Lo que me interesa decir es que el enojo, el conflicto y la competencia con otres son propios de la energía ariana, así como el rechazo a cualquier tipo de cuestionamiento. 

Pero tranqui, porque esta no es la única manifestación de la energía ariana. Aries es el primer signo del zodiaco, el número uno, el que empieza. Tiene la fuerza de los cardinales. Los signos cardinales son los iniciadores y su llegada coincide con el comienzo de las estaciones, o sea, otoño, invierno, primavera y verano, y esos fenómenos llamados equinoccios y solsticios. Entonces, Aries es el primer signo del zodiaco, es de fuego y es cardinal. Es el pionero, el que hace fuerza para nacer, el que trae lo nuevo y es pura energía creativa. En el momento ariano del zodiaco, hay acción sin estrategia ni perspectiva a largo plazo, simplemente hay conexión con el deseo y con el lado salvaje y animal que está presente en todes. Aries es el momento 1 del zodiaco y tiene analogía con todo lo que comienza, donde no sabemos exactamente qué va a pasar, donde está todo por hacerse y descubrirse, no hay certezas ni seguridades, pero sí riesgo y adrenalina. Si llevamos esto al terreno de la personalidad ariana, podríamos decir que es emprendedora, activa y tiene contacto con su deseo. O sea, sabe lo que quiere. Es como el arquetipo del mago, ese personaje que básicamente tiene la capacidad para manifestar en el terreno de la materia aquello que primero estuvo en el plano de las ideas, o sea, en el mundo sutil e invisible. Aries es el gran manifestador, el gran hacedor. 

Aries mira para delante. Hablale a alguien de Aries de algo que pasó hace dos semanas, tres meses o dos años y lo más probable es que no se acuerde, o bien te acuse de ser muy exagerada y susceptible. La personalidad ariana típica sigue su intuición, hace lo que siente y tiene, además, un componente instintivo importante, de ahí que muchas veces pueda ser acusado de ser excesivamente sincero, porque no hay ningún tipo de filtro en lo que dice y hace. Aries hace y después ve qué onda. En ese sentido, tiene algo de simpleza, porque desea y hace. No cuida sus formas, solamente registra sus ganas. De ahí que también sea acusado de egoísta o agresivo. Pero Aries no es solamente esto, también es el optimismo, la diversión y las ganas de hacer algo nuevo siempre, bien al modo del fuego. 

A mí me gusta decir que Aries es el signo del deseo, porque el deseo opera como una fuerza motora que hace que salgamos a la conquista de lo que queremos que suceda. De ahí que también veamos que la personalidad ariana se manifiesta como los enojos, los caprichos y los berrinches. Esto es la naturaleza del deseo. Cuando somos deseantes, corremos el riesgo de frustrarnos porque las cosas no son como queríamos y ahí aparecen los enojos, los caprichos y los berrinches. Aunque tengamos casi 40 años, ¿eh? Para no frustrarse, muchas personas eligen no desear. Con el tiempo se vuelven apáticas y entran en estados depresivos. Debajo de la depresión, están el enojo y la vitalidad dormida. 

Entonces, queride ariane, de Sol, Ascendente, Luna o planetas en Aries, con Marte en casas 1, 4, 7, 10 y 12, con Marte en aspecto duro al Sol, la Luna o el regente del Ascendente, hacé actividad física para descargar tus enojos. Movete. Hacelo por tu bien y por el bien de los seres que están a tu alrededor. Dale curso al salvajismo de un modo que no sea destructivo para vos y para tu entorno, porque ¿quién ataja esos enojos?

Hasta acá llegamos por hoy. Gracias por estar ahí, por compartir este pódcast en tus redes sociales y con tu gente querida.

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Luna Nueva en Piscis

Por Lu Gaitán

¡Hola, mis amores! ¿Cómo les va? Hoy les quiero contar sobre la Luna Nueva en Piscis del 13 de marzo. Esta Luna Nueva es para todes pero especialmente para quienes tienen algo en Géminis, Sagitario, Virgo o Piscis en su carta natal. Esta Luna Nueva sucede en el grado 23 de Piscis. Si querés saber en qué área de tu carta natal va a suceder la Luna Nueva, podés consultar el tutorial de las chicas de @aprendeastrologia. 

Cada Luna Nueva marca el comienzo de un ciclo de seis meses, o sea que el 13 de marzo estamos empezando un espacio de tiempo que termina en septiembre con la Luna Llena en Piscis. Piscis es el último signo del zodiaco, o sea que se trata de una Luna Nueva de finales. Suena contradictorio desde la mente racional y binaria, pero si lo vemos como la posibilidad de empezar a soñar la nueva vida que queremos para nosotres y para el mundo, entonces tiene otro sentido. Ahí cambia la cosa. Eso sí, puede ser que en el medio aparezca una melancolía y una sensación de que estamos duelando algo. Una vieja versión que se está yendo, todos los planes que hicimos para el 2020 que no pudieron ser porque pandemia y una forma de vivir que ya no va a ser. El 2020 marcó el comienzo de un ciclo de 40 años, porque Saturno y Plutón juntos, y otro de 200 años, porque Saturno y Júpiter juntos. Algunxs dicen que comenzó la Era de Acuario. Yo creo que todavía estamos agotando la Era de Piscis y empezando a ver cómo es la Era de Acuario, pero no creo que haya comenzado de lleno aún. Tampoco creo que lo veamos en esta encarnación. En dos generaciones más, si aún estamos en este mundo (pues crisis ecológica), estaremos en la Era de Acuario. Les digo esto porque me preguntan un montón sobre la Era de Acuario. De paso aprovecho y respondo consultas por esta vía. Me debo a mi público. Ah re.

Esta Luna Nueva tiene 4 planetas en Piscis, o sea, Sol, Luna, Neptuno y Venus en conjunción, y a Mercurio y Júpiter juntos en Acuario. Podríamos hacer múltiples lecturas, pero yo elijo hablarles sobre el optimismo, la confianza, los grandes ideales y vivir en este mundo. Hay un pensador que me gusta mucho y lo leí bastante cuando estaba en la carrera de Ciencia Política. Se llama Antonio Gramsci. Este señor vivió en Italia y fue preso durante el fascismo. Estuvo en la cárcel muchísimos años y lo sostuvieron sus grandes ideales y el amor de su familia. Obvio que hice su carta y tiene Júpiter en Acuario y Venus en Sagitario. Desarrolló muchos conceptos interesantes. Entre ellos, los de hegemonía y contrahegemonía. Seguro que escuchaste hablar de “lo hegemónico”, algo que decimos muy habitualmente cuando queremos hablar de las lógicas de este sistema capitalista y patriarcal en el que vivimos. Bueno, este señor, Antonio Gramsci, habló de hegemonía y de la necesidad de construir contrahegemonía. Creo que a esta altura ya sabemos que este sistema se sostiene no solo gracias a la represión de la policía y las fuerzas armadas, el funcionamiento de las instituciones y la urgencia de atender nuestras necesidades básicas, sino a través de imaginarios y valores que esta cultura replica y reproduce constantemente. Entonces, belleza hegemónica son los modelos de belleza centrados en las mujeres jóvenes, blancas, rubias y delgadas. La comida hegemónica son los alimentos ultraprocesados, envasados, llenos de conservantes y saborizantes de dudosa procedencia sostenidos por una maquinaria publicitaria infinita y estudios científicos pagados por las mismas empresas que producen esos alimentos. Y así podría seguir dándote ejemplos, pero estoy segura de que entendiste el concepto. En nuestro imaginario colectivo, terreno de lo neptuniano, todo esto es lo deseable y a lo que debemos aspirar. Con Neptuno y Piscis, vienen las imágenes que están tan instaladas adentro nuestro que creemos que son elecciones personales. Pero Gramsci no solo criticaba el sistema en el que vivía, también creía que era necesario construir valores y prácticas contrahegemónicas. Siguiendo los ejemplos que te mencioné, sería empezar a ver el atractivo en otros cuerpos, producir alimentos sanos y encontrar el placer en otros sabores. Gramsci no solo era un critico, también tenía un proyecto con el que soñaba. Y eso implicaba la organización colectiva y terminar con todo tipo de opresión. Como era marxista, hablaba de la opresión de una clase por sobre la otra. La burguesía al proletariado. Creo que estas categorías, al día de hoy, se quedan cortas, sobre todo porque falta la perspectiva feminista, antiespecista y ecologista, pero nos permiten pensar y entender la lógica de este sistema en el que vivimos.

Gramsci creía que vivir significaba no ser indiferentes. Que la indiferencia es apatía, parasitismo y cobardía. Que decir la verdad era revolucionario. Obvio que estoy pensando en la conjunción entre Júpiter y Mercurio de esta Luna Nueva. Y ahí la pregunta necesaria es qué es la verdad, de dónde sale y quién la construye, en qué se basa, cuál de todos los niveles de la existencia estamos leyendo. Ojalá que podamos tener la percepción abierta para ver más allá de nuestro ombligo, después de todo, estamos en presencia de una Luna Nueva con mucho de Acuario, Piscis y Neptuno. En astrología decimos que se trata de indicadores transpersonales, o sea, que van más allá de la persona. Del individuo. O sea, lo colectivo y lo sistémico. Y de este modo, aunque no lo haya dicho Gramsci, que soñemos otras formas de vivir en este mundo, que no solo incluyan a los seres humanos sino a las otras especies. 

Cuando pensamos en todas estas temáticas es muy fácil deprimirse. Y decir “ya fue todo” porque total este mundo fue siempre así y así seguirá siendo para siempre. Que lo mejor que podemos hacer es ser felices mientras podamos (como el meme). En el otro extremo, están el optimismo y la fe de que todo necesariamente va a mejorar. No sabemos bien cómo pero tenemos la certeza que la vida o el universo tienen grandes planes para nosotres. Esta sería la versión típicamente jupiteriana y neptuniana que cree que el universo va a responder a nuestros deseos individuales, o que, incluso cuando aparezcan el dolor y el sufrimiento, tendrán un para qué y que todo va a ser para mejor. Como si el dolor y el sufrimiento tuvieran como objetivo que aprendamos sobre la felicidad. Este tipo de perspectivas me cuestan bastante. Creo que podemos extraer algo bueno de situaciones de mierda, como Gramsci, que estuvo preso durante muchísimos años y escribió altos libros, pero no que estar preso fue para que él desarrolle toda su teoría. La diferencia parece sutil pero no tanto. En relación con el optimismo, Gramsci decía que muchas veces es una forma de defender la irresponsabilidad, la fiaca y la voluntad de no hacer nada. Es una forma de fatalismo, como en las tragedias griegas, donde los protagonistas no podían hacer nada para evitar su destino. Pero sí podemos ser optimistas cuando tenemos la voluntad de hacer cosas en concreto, que modifiquen la realidad en la que vivimos.

Hasta acá llegamos por hoy, gracias por haber escuchado este capitulo de mi flash esotérico y marxista. Y gracias por compartir este capítulo con tu gente querida. Abrazo

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La gran Sala de Espera

Por Nano Barbieri

Todos lo sabemos: hay una distancia entre lo que deseamos o necesitamos y el lapso que nos lleva conseguirlo. Lo que sucede en el medio es el tiempo perdido porque, como dice la canción, la vida es una gran sala de espera. 

Volver a tu casa después del trabajo, acceder a la justicia, subirte a un avión o pagar una cuenta en el banco: todo lleva tiempo, todo conduce a una espera y la espera, como todo, o casi todo en este planeta, es desigual. Esperar el colectivo o volver manejando tu auto, llamar a un abogado amigo o hacer la fila en un juzgado, ser propietario de un pase prioritario en aeropuertos, en bares; los accesos a los medicamentos según las obras sociales, la atención médica, los peajes, la velocidad de internet, de tu celular; el ingreso a un estadio o un espectáculo, la obtención de un documento de identidad o un pasaporte, las cajas del supermercado, el pago por tu trabajo, la actualización del salario; conseguir un banco en una escuela; un turno en un dentista. Todo conduce a la espera, todas las actividades están mediadas por un tiempo improductivo pero que sin embargo podemos calcular o estimar según el estrato social y simbólico en el que nos ubiquemos. Si enfrentamos dos orígenes opuestos y preguntamos por las mismas esperas, las expectativas serán diametralmente disímiles. Y este conocimiento, sedimentado y preciso, se aprende con la experiencia de la vida dentro del mundo social: no todos tenemos derecho a una misma celeridad. 

La espera es un padecimiento y el hacer esperar, como demuestra el sociólogo Javier Auyero, es un mecanismo de dominación. Las esperas generan subjetividades y disciplinan entre quienes deben esperar y quienes no están señalados como sujetos de espera. En su libro llamado Pacientes del Estado, Auyero analiza al Estado, la espera y la dominación política en los sectores populares. “Es una estrategia sin un estratega”, dice el autor, “no es que hay alguien que, a propósito, intencionalmente, hace esperar a los subordinados o desposeídos: así funciona la dominación política”. 

Sin embargo, el uso de la espera como mecanismo disciplinador, no es patrimonio exclusivo de las prácticas políticas, sino que forma parte del más amplio sentido común. Nadie imagina siquiera encontrarse con algún personaje poderoso o reconocido en la cola de un hospital, en un bar, en la entrada de espectáculo o en la parada del colectivo. Hay sencillamente ciertos estratos sociales que no esperan. Para todos los demás, el tiempo muerto. 

Hace pocos días se desenmascaró una serie de vacunaciones de privilegio de dirigentes políticos, empresarios y personalidades de los medios de comunicación, que derivó en el justo despido del ministro de salud de la nación. Las denuncias se replicaron en distintas provincias y localidades, con lógicas más o menos similares. Funcionarios habían decidido de modo más o menos espontáneo que había ciertas personas que debían razonablemente ser vacunadas sin mediar espera. Algunos parecieron incluso sorprendidos por las denuncias de anomalías. Una de las principales dirigentes de la oposición, en un gesto de sorprendente honestidad, dijo: “Nosotros hubiéramos hecho lo mismo”. 

Dice Auyero que lo más complicado para un sociólogo es mirar relaciones: “Lo difícil es no mirar tanto a los actores, sino a las relaciones que los unen y los separan”. La naturalización de las relaciones de poder desenmascara acaso la condición elitista de la dirigencia política y la cercanía química con los estratos económicos y simbólicos más altos de las sociedades. Ahí arriba, la cosa fluye. La gran Sala de Espera, en cambio, deberá tener bien apretado su boleto y esperar que se lea, por fin, su nombre en la pantalla. 

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Piscis: donde confluyen todas las aguas

Por Lu Gaitán

Hola, amores, ¿cómo les va? Hoy les quiero contar sobre el signo de Piscis, el último signo del zodiaco y, para eso, voy a recurrir a la mitología porque ahí hay data infinita que puede ayudarnos a pensar en lo pisciano. Hoy quiero hablarles sobre las sirenas. 

Para la mitología griega, las sirenas eran tan hermosas como como peligrosas. Por entonces, se decía que la voz de las sirenas resultaba increíblemente atractiva para los marineros, que ellos iban a enloquecer con el canto de las sirenas, serían hechizados y encantados por sus voces, terminarían tirándose al mar y serían devorados por los sirenas. Las sirenas de la mitología no tienen nada que ver con la imagen que tenemos de La Sirenita de Disney, como una joven dulce, sensible y entregada. De hecho, la explicación mítica de los naufragios, los ahogos, las tormentas y las inundaciones era que fue culpa de las mujeres, o sea, de las sirenas. Las femineidades como culpables de todo, siempre. La mayoría de las descripciones que conocemos sobre las sirenas dicen que eran mujeres con torso de humana y cola de pez, pero hay otra versión que dice que eran pájaros. En las primeras representaciones del arte griego, las sirenas eran representadas como aves con cabezas femeninas, plumas y pies escamosos. Luego fueron representadas como figuras femeninas con piernas de ave, con o sin alas, tocando distintos instrumentos musicales, especialmente arpas. 

Las sirenas han sido representadas muchas veces en el arte y la literatura en los últimos siglos. La historia más conocida fue escrita por Hans Christian Andersen en el siglo XIX. De este relato, surgió la famosa película de Disney que las niñas de finales de los ochenta y principios de los noventa vimos en nuestras videocaseteras y fuimos a alquilar mil veces al videoclub de barrio. Centennials, no lo entenderian. La Sirenita de Disney toma muchas cosas del relato original, pero va por otro lado. Vamos a hacer de cuenta que soy el chabón de Te lo resumo así nomás. En la historia de La Sirenita, la protagonista tiene una vida feliz en el fondo del mar hasta que se enamora de un príncipe y quiere convertirse en humana para poder estar con él. Por eso recurre a Úrsula, la bruja que le da piernas pero la saca la voz. Te la hago corta: hay un par de idas y vueltas, pero al final triunfa el amor, el amor heterosexual, y Ariel y el príncipe se casan. En el relato original, la sirenita muere. 

¿Cuál es la conexión entre todo esto y el signo de Piscis?

Creo que hay múltiples conexiones. Por un lado, Piscis es el último signo del zodiaco y su símbolo son los peces. Habitualmente decimos que Piscis representa, además, al océano y su inmensidad, ahí donde confluyen todas las aguas del mundo y todo está conectado con todo. Si Cáncer son los lagos, las lagunas y las bahías, Escorpio es el agua del pantano, Piscis es el mar abierto y el océano. 

Piscis es el doceavo signo y viene después de Acuario. En Acuario, aparece la comprensión de que formamos parte de un colectivo, pero en Piscis vamos más allá. Todo lo que sucede en el colectivo me atraviesa por completo, no hay separación entre el individuo y lo que pasa alrededor. Para intentar entender a Piscis, podemos observar cómo funcionan los mamíferos de agua, que están en manada y pueden comunicarse con ondas, aunque estén muy lejos geográficamente. Si pensamos en el océano y en Piscis, hay una suerte de absorción e inclusión de todo lo que existe. De ahí que los manuales de astrología digan que las personas de Piscis son amorosas, no solo en el sentido romántico, sino también de inclusión de todo lo que existe. Suele decirse que son compasivas y difíciles de catalogar, porque se adaptan a los entornos, camuflándose, y tienen el mismo misterio que el mar. 

Las sirenas, en su versión más conocida, son seres del mar, pero no entran en ninguna categoría binaria, porque son peces pero también tienen algo humano. Ni que hablar que la versión anterior de las sirenas es que eran pájaros. Entonces, ¿qué son? Bueno, todo a la vez. Algo parecido sucede con las personalidades piscianas, que pareciera que tienen de todo un poco y no pueden ser etiquetadas categórica y binariamente. Fijate que la sirenita de Disney se llama Ariel. Es el nombre de un varón, pero es una sirena que dice ser mujer. ¿Entonces? Bueno, salite de lo binario porque no lo vas a poder entender. De hecho, también podríamos pensar en el caos, el desborde emocional y las mescolanzas que no tienen demasiado sentido como algo pisciano. Igual que cuando el mar está revuelto. En la versión densa de Piscis, aparece también el costado manipulador, igual que las sirenas seductoras que encantaban a los marineros con sus voces para devorarlos. Suele decirse que el engaño, la confusión, la manipulación y las mentiras son expresión de la versión densa de Piscis y, en este sentido, podríamos vincularlo con los demás signos de agua y con Géminis.

Piscis es una energía asociada con las vivencias espirituales, lo trascendental y lo que va más allá de la persona, el individuo. Como el océano, que conecta absolutamente todo. De ahí que muchas personas con energía de Piscis tengan una gran afinidad y conexión con la espiritualidad, pero también con todo lo artístico y los dramas de la humanidad. La vida espiritual no solo aparece como parte estructural de la vida, sino como un refugio. O sea, usar la espiritualidad como droga y anestesia para no sentir el dolor que nos rodea. Dicho sea de paso, el amor romántico es otra forma de droga. ¿O no sentimos un subidón cuando estamos enamorades y flasheamos que el otre es perfecto? Pero bueno, el amor es lo que nos recuerda que estamos unidxs a lxs demás, que no estamos aisladxs. 

Por otro lado, la espiritualidad es una forma de re-encantar el mundo. Si lo hacemos y lo percibimos como un lugar mágico, entonces muchas de las violencias que tenemos naturalizadas nos van a impactar de un modo distinto. Piscis también es una energía vinculada a las expresiones artísticas, sobre todo si pensamos en el arte como una forma de expresar lo que sentimos más allá de la razón pura y dura, pero además la potencia del arte radica en que logra expresar algo que el colectivo al cual pertenecemos está experimentando, el arte lo simboliza y lo convierte en performance. En las historias de las sirenas, aparece el canto de los pájaros y también el arpa. 

Por último, cuando pienso en Piscis y en la dimensión colectiva, aparece la noción de servicio. Esto también es algo que está muy presente en la personalidad típica de Piscis: el servicio a todo aquel que está sufriendo. De hecho, la figura del mártir, así como el victimismo, forman parte del abanico de posibilidades de lo pisciano, donde hay un sacrificio extremo del deseo personal en pos de los demás. Como la sirenita que sacrifica su voz y su vida idílica en el fondo del mar. Pero si llevamos esto a los seres humanos comunes y corrientes, no siempre es entrega pura, porque muchas veces aparecen las facturas de “yo me sacrifiqué por vos y vos no me diste lo que yo esperaba”, o bien responsabilizar por completo a lxs demás sin tomar responsabilidad por los propios actos. Volviendo a la imagen del mar y el océano, la vida y los demás deciden por mí y yo me entrego a eso, pero luego me quejo porque no sucedió lo que yo anhelaba. Piscis puede ser un poco vístima. Y sí. 

Es interesante que muchas personas con energía de Piscis se parecen más a Virgo, el signo opuesto y complementario, que a Piscis. Esto tiene que ver con nuestra cultura occidental que no nos educa en materia emocional ni en lo espiritual/esotérico. Por eso, vamos a encontrarnos con personas que tienen energía de Piscis o de Neptuno en sus cartas y se parecen más a Virgo que a Piscis, pero esto es una polarización psíquica dada por la cultura en la que vivimos.  

Hasta acá llegamos por hoy. Gracias por compartir este pódcast en tus redes sociales y con tu gente querida. Un abrazo grande y hasta la semana que viene.