Individualismo y espiritualidad
Por Lu Gaitán
Hoy voy a hablarles de algo que vengo pensando hace tiempo y que está muy vinculado a otros episodios de Bruji Pop: esoterismo crítico, spicy y el de la Carta Natal. Algunas de las reflexiones de este capítulo surgieron a partir de algunas críticas que se hacen desde las ciencias sociales al mundo esotérico y otras parten de charlas con colegas que respeto muchísimo. En este capítulo en particular, voy a tomar algunos aportes de Gael Policano Rossi, @astromostra.
Creo que algunas formas de abordar lo esotérico o la espiritualidad son funcionales al neoliberalismo y, para eso, voy a explicar brevemente a qué me refiero con neoliberalismo. El modelo neoliberal está vinculado al capitalismo y aboga por la no intervención del Estado en ningún ámbito. El neoliberalismo entiende que el mercado y los individuos, a través de las leyes de oferta y demanda, se regulan “solos”, o sea, sin intervención estatal. Su interés está puesto en el desarrollo de capitales privados y ubica al individuo en la cima de la pirámide de sus valores. El individuo ya no es un ciudadano que forma parte de una sociedad, sino que es un consumidor y esto es central cuando pensamos en la conexión entre espiritualidad y neoliberalismo, no solo porque muchxs personajes públicos que responden a esta corriente económica y política tienen gurúes de meditación y bienestar, sino porque en el neoliberalismo se hace culto al individuo despolitizado o apolítico. Insisto con que el individuo es un consumidor que está aislado de su comunidad y rechaza cualquier tipo de participación activa en las problemáticas colectivas. Sin darse cuenta, el individuo que pretende ser apolítico tiene una posición política, porque está eligiendo no participar activamente y porque toda su vitalidad está puesta en sus “problemas individuales”. Y, cuando digo “problemas individuales”, estoy usando comillas porque no creo que el individuo nazca, crezca y se desarrolle aislado del resto de lxs seres humanxs y el ambiente. Esta es la utopía neoliberal: el bienestar del individuo como objetivo último.
El neoliberalismo tiene un vínculo íntimo con la meritocracia, que básicamente supone que cada persona obtiene recursos económicos y estatus social en base a su desarrollo personal, su esfuerzo y sus logros. Como si fuera lo mismo haber nacido en un barrio de emergencia que en un barrio privado, como si fuera lo mismo haber abandonado los estudios para salir a trabajar que haber hecho una maestría en Oxford. Y acá es donde digo que algunas formas de abordar la espiritualidad son funcionales al neoliberalismo. Es muy habitual que en nuestro circuito pongamos mucho énfasis en el deseo del individuo. Decimos “visualizá, usá tu mente para concentrarte en lo que querés” o “deseá con fuerza y lo que querés va a suceder” y, si ese deseo no se concreta, fue porque no deseaste lo suficiente o porque estás “vibrando escasez”. En este sentido, me parece importante cuestionar la forma en que usamos la Ley de atracción. Astromostra dice que la Ley de atracción anula la otredad y estoy de acuerdo con él. ¿Por qué? Porque supone que el mundo va a responder a mi deseo y lxs demás van a ser la respuesta a eso que yo quiero, como si no tuvieran una voluntad. Por otro lado, me parece interesante aclarar que yo sí creo que somos campos energéticos y que nada sucede por azar, pero de ahí a creer que todo depende de la formulación de nuestros deseos desde la consciencia, como si no existiera un inconsciente y como si ese inconsciente no estuviese atravesado por memorias ancestrales y dinámicas del sistema patriarcal en el que vivimos, como si el deseo del individuo operará en abstracto y ese individuo no perteneciera a una clase social y sus gustos personales, o sea sus deseos, no estuvieran también atravesados por los valores que su clase social sostiene. Pierre Bourdieu desarrolla esta temática en torno al concepto de “habitus”. Lo que este autor dice es que un individuo de una clase determinada considera que algo es ordinario o elegante, mientras que a una persona de otra clase le parecerá lindo o llamativo. Esto se aprende en la infancia de la familia y después en la escuela, que enseñan al niñe cómo hablar y comportarse. De esta manera, “el orden social se inscribe progresivamente en la mente de las personas”. Esto mismo aplica a muchos de los discursos espirituales que sostienen la necesidad de “amate a vos misma como sos”. Un discurso que sobre todo está destinado a las mujeres que tenemos grandes problemas de autoestima. Como si no estuviéramos sometidas a estándares de belleza, con una industria cosmética y quirúrgica que establece cuáles son las mujeres dignas de espacio en los medios de comunicación y de participación en el mercado del deseo. Entonces, la espiritualidad se vuelve aliada del neoliberalismo cuando pone toda la responsabilidad en el individuo, pero se trata de problemáticas colectivas. Entonces, el individuo asume su falla, pero nunca cuestiona las bases del sistema.
Es probable que estés pensando ahora mismo cuál es el espacio que tiene la carta natal en todo esto o cuál es el espacio que tiene el individuo para desarrollarse si todo está dado por el sistema o por el colectivo del que forma parte. Pues bien, quiero decirte que la carta natal habla de dilemas colectivos y las problemáticas que tienen una presencia mayor en la biografía de ese individuo. Que el trabajo personal es importante y probablemente sea más fácil abordar estos dilemas desde el diván psicoanalítico o el consultorio astrológico y que ahí podemos encontrar la singularidad de cada ser humano. Su especificidad. Pero corremos el riesgo de culpar o responsabilizar al individuo por cosas que lo exceden ampliamente y que solo vamos a poder desarmar en la medida en que hagamos cuestionamientos y movimientos a gran escala. El individuo forma parte del colectivo y el colectivo está conformado por individuos. Son las dos cosas a la vez. Los cambios que haga el individuo van a impactar en las personas a su alrededor y la potencia de los movimientos sociales potencian los cambios individuales. Es ida y vuelta. En astrología, estamos hablando del eje Leo-Acuario y, como dice el feminismo, lo personal es político. Político como sinónimo de colectivo, no de partido político.
Por último, es interesante que pensemos hasta qué punto las terapias holísticas no son funcionales a este sistema, al igual que los fármacos. ¿Esto quiere decir que estoy en contra de las terapias o de los medicamentos? Por supuesto que no, estoy intentando correrme de una lógica binaria. Lo que estoy diciendo es que hay un creciente uso de fármacos para tratar la ansiedad, los ataques de pánico y la depresión, pero nunca nos preguntamos por qué estamos ansiosxs, tenemos pánico o nos deprimimos. ¿No hay ningún vínculo entre la forma de trabajar, alimentarnos y vincularnos que tenemos en el capitalismo y estas manifestaciones? ¿Y si en vez de fármacos es la práctica de yoga, meditación, respiración o mindfulness? ¿No estamos poniendo parches para que los síntomas dejen de presentarse y seguir alimentando a este sistema? ¿Las terapias son un nuevo objeto de consumo?
Por hoy, lo dejamos acá y seguimos la próxima.